jueves, 11 de febrero de 2010

Vuelo.

Me subo al avión. Tomo asiento y me retiro los lentes de sol. Suspiro mientras la azafata se acerca sonriendo y yo no puedo mas que ver en sus piernas años de perversión. Despega el avión. Ya no recuerdo ni a donde se supone que voy. Me duele las espalda, las tripas y el esternón. Me siento ansioso y no para la comezón. Me rasco hasta que sangro y mancho mi pantalón. Saco pastillas, cada una de diferente color. Supuestamente me ayudan, yo solo noto que me llevan a mi colofón. Un cabrón ronca en algún lugar a mi alrededor. Me levanto al baño y aprovecho para darle un buen bofetón. Ya en soledad trago píldoras de la medicina que me mando el doctor. De la nada, se me para como cuando desnuda solía verte. Me masturbo mientras empieza la turbulencia, la cual crece y crece, como mi demencia. En picada el avión a la nada se abalanza. Te prometo que la próxima oirás un adiós al menos desde la ventana. Escucho berreos, gracias a los cuales me vengo gritando "ah, que belleza". A la par el avión contra la mar se estrella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario