jueves, 31 de diciembre de 2009

LA INMOVILIDAD.

Al día siguiente de verte amanecí sin poder levantarme. Me encontré inmóvil. Por un momento pensé que había quedado cuadrapléjico o algo así pero inmediatamente me di cuenta de que esto era imposible ya que sentía todo mi cuerpo mas no poseía sin la menor justificación la capacidad de moverlo, salvo mis ojos, los cuales podía mover sin la menor dificultad. Gracias a esto podía observar mi mano derecha sobre mi pecho sosteniendo mi teléfono celular. Me quede dormido esperando un sms de tu parte, el cual, nunca llego. Yo ya te había enviado uno, tal vez varios, pero tu no tuviste la consideración de contestármelos. Ante la posición de mi celular, enfoque toda mi energía en los dedos de mi mano derecha para tratar de generar movimiento y así usar el teléfono para comunicarme contigo, para saber como te encontrabas y en caso de que no contestaras buscar pedir ayuda para mi condición, pero primero debía de averiguar como estabas. Trate sin lograr el mas mínimo avance. Me di por vencido a la hora de estar intentando generar movimiento y me enfoque a la contemplación de todo mi cuarto. Tenia sed. Me dolía la cabeza. Tenia que lograr moverme. No había razón por la cual no pudiera. Seguí tratando de mover mi dedo para poder marcarte sin lograrlo.

Y así siguió pasando el tiempo. Me orine sobre la cama. Tenia mucha sed. Empezó a darme hambre y yo no podía ni mover mi pinche dedo índice colocado sobre la tecla de marcado del celular para poder comunicarme contigo. Quería escucharte. Saber que estabas haciendo. Saber que planes tenias. Si podía acompañarte en estos. Simplemente quería saber sobre ti. Que me dijeras que no estabas con nadie mas, que no ibas a hacer nada con nadie mas, que tenias todo el día libre para mi. Que me esperabas en tu casa y que pasaríamos todo el día juntos tocándonos, tu con tus manos en mi pene tratando con delicadeza y amor mientras yo introduzco mis dedos en ti pero, estaba pegado a mi cama sin poder moverme. Empecé a llorar, sin sollozo alguno. Esto me preocupo. No había tratado de hablar y no sabia si también había perdido esta capacidad al igual que la de movimiento. Y así fue. No podía articular ni el mas simple de los balbuceos. Estaba totalmente jodido. Totalmente. Aunque pudiera lograr marcarte no iba a poder hablar. Completamente jodido. Mi llanto se alargo hasta que caí dormido.

El dolor de cabeza desapareció ya al final de la noche al despertar. Pero el hambre y la sed se acentuaron en demasía. No tenia nada de sueño. Ni siquiera cerré los ojos en toda la noche. Me dedique a tratar de moverme. No logre nada. Cuando me aburrí de tratar de mover mi dedo índice me enfoque en imaginar que me encontraba contigo, juntos, solos, siendo uno, como aquella vez, en quien sabe que calles de quien sabe que lugar a solo dios sabe que hora de un día cuya fecha exacta no importa cuando entre gritos de borrachos, miados de vagabundo y miradas de pervertido consumamos nuestra pasión desmedida en manoseos, mordidas y jalones a luz de un farol que nos iluminaba directamente a nosotros y a nada mas. La calle era nuestra y nosotros de la calle. Y tomaste mi pene que pudo disfrutar del aire fresco y gélido mientras con un tacto excepcional lo acariciabas con ternura y perversión y solo lograste que perdiera el control, y ahí mismo introduje mi mano dentro de ti desbocándote irremediablemente, te comportaste como nunca lo habías hecho, como si fueran nuestras ultimas horas sobre la tierra, como si no hubiese mas y el terminar nuestro placer en ese exacto lugar fuera primordial para el orden caótico del universo, hice ofrecimientos para culminar en otro sitio, tal vez mi hogar o un hotel abandonado donde pudiésemos revolcarnos en el polvo de la alfombra, pero no, preferías hundir tus exclamaciones con clavando tus perfectamente alineados dientes en mi hombro derecho que aun reciente esas heridas. Nunca te volví a ver con los mismos ojos y tu nunca volviste a ser la misma mujer. No se cuentos días seguidos pase oliéndome los dedos. Nunca me había sentido tan deseado. Bajo ese pensamiento me di cuenta que tenia que moverme lo mas pronto que fuese y a como diera lugar, pero por mas que trataba, todo seguía igual.

Con el paso de los días me di cuenta de lo dispensable e innecesario que resulto para todos aquellos que me rodean y en si para la sociedad en general. El fin de semana termino y nadie se molesto en tratar de ubicarme. Mi olor se convertía en algo sumamente molesto. El hambre y la sed estaban acabando conmigo. La cabeza empezó a molestarme nuevamente y termine acostumbrándome a la sensación de que mi cerebro estaba apunto de estallar. Lo único bueno de todo eso es que baje mucho de peso. Moría de ganas de poder moverme para comprobar que por fin iba poder ponerme ese pantalón que me regalaste hace tanto tiempo. Resulto que si me quedo. Solo me mantuve cuerdo gracias a que estuve pensando en tu rostro dormido, soñando tal vez en que éramos felices. También imaginaba lo que estabas haciendo mientras yo me encontraba recostado. Seguro hiciste muchas cosas divertidas ¿verdad? Pero siempre estuviste pensando en mi. Como yo en ti. De eso estoy seguro. Si pudiera moverme no se como me estaría comportando al no saber nada de ti. La ultima vez termine rondando por las callejuelas de una colonia que me era ajena con el alcohol desbordándose por mis oídos, tratando de mantenerme de pie, andando lentamente, mas bien arrastrándome, no se si buscándote a ti sin sentido alguno ya que tu locación me era desconocida o mejor dicho buscando abastecerme de mas alcohol no por necesidad o placer, mas bien queriéndome matar. Y uno de mis acompañantes, con quien compartía estado, platico con unas muchachas bastante desagradables, olvidándose por completo de nuestra odisea etílica y las invito a nuestro recinto de bebida, a pesar de la una oposición democráticamente colectiva. Y ellas aceptaron, pero que al ratito, que les diéramos la dirección, cosa que no íbamos a hacer ya que ni siquiera sabíamos donde chingados estábamos. Y la platica siguió, y un par de coqueteos, mas bien brutos que eficientes fueron mencionados, y yo quería irme de ahí, quería buscarte, ponerme mas pedo y tal vez morir ahogado en el escusado o de una manera menos elegante. Y de las sombras, aparecieron, como seguramente solo sabe aparecerse el mismo diablo o la llamada muerte un par de hombres de mediana edad, envueltos en sus camisas interiores con tubos de metal en mano apuntando directamente a nosotros gritando majadería y media que en verdad no recuerdo, por la que verdad no se que carajos dijeron, pero seguro era ofensivo. Y mis acompañantes y yo corrimos de manera desmedida, de momento veía todo nítido como si el siguiente paso fuese quedarme ciego para siempre y escuchamos un motor a lo lejos, ligero, estruendoso, parecía que habían amarrado una lata a una llanta de bicicleta, pero no era una modesta motoneta, y ahí iban ellos, imponentes y poco hombres con sus tubos de madera y nosotros corriendo, jóvenes, borrachos y pendejos. Y nos alcanzaron, y gritaron algo, que tampoco recuerdo porque ni en el instante lo entendí, pero seguro fueron una advertencia adornada con majaderías y yo prometí dejar de fumar, de tomar , encontrarle sentido a la vida, empezar a ir a la iglesia todos los domingos y marcarte inmediatamente al día siguiente para comunicarme contigo de las cuales solo cumplí la ultima, ya que ni ser perseguido por un padrote le dio sentido a mi existencia. Pero ahora no sucederá eso, estoy inmóvil, impasible como nunca, mientras tu seguro piensas en mi como yo en ti… Si, seguro fue así, no tengo la menor duda, solo que decidiste no llamarme para no parecer Hostigante. Lo se. Yo a veces trato de hacer lo mismo pero me es imposible. Es demasiado complicado. Siempre me rindo. No sabes cuanto deseaba llamarte.

Lo mas molesto eran los ataques de comezón. Eran insoportables. Lo peor era que me distraían y no podía concentrarme en imaginarte detalladamente. En esos días encontré un hoyo en mi techo. Nunca me había percatado de el a pesar de que era bastante grande y no tenia ningún sentido lógico de ser. Estuve reflexionando sobre sus posibilidades de origen pero ninguna razón de origen parecía posible. Aparte, todas mis ideas siempre terminaban en alguna referencia a tu persona. Aun sigo pensando de donde salió ese hoyo. Tengo que mandarlo tapar.

Al sexto día se me complicaba incluso mantener los ojos abiertos. Enfoque todo lo que quedaba de energía a mi dedo índice. Todas mis esperanzas radicaban en esa pequeña extremidad de mi cuerpo. Logre moverlo. Un movimiento mínimo, hacia arriba y sin la menor fuerza o velocidad. Quería brincar y gritar de felicidad, y abrir un Moët & Chandon y vertirlo sobre ti pero, cabe recalcar que no me era posible. Ahora, ya podía mover torpemente el dedo, mas no tenia la fuerza para ni siquiera poder teclear. Todo seguía jodido pero de repente un sonido me notifico que recibí un mensaje. Era tuyo. Decía que estabas aburrida, que no tenías nada que hacer, que querías verme, que pasara por ti.

Y yo, me levante inmediatamente.


miércoles, 30 de diciembre de 2009

Carente sobre el final.

Construí una muralla.
Imponente.
Indestructible.
Para que la vieses desde donde fuere.
Y pensaras en lo que fuese
--------------------------------por y para siempre.
y que dejo de ser.

Después, me enfoque en tratar del mundo conquistar
sublevar toda la fuerza
deje la fe para otra era
y me dedique a laborar en algo inimaginable
---------------------------------------intangible
--------------------------------------------------pero inteligible
-------------------------------como esa alma indomable
que porto con decoro y moderación.

Decore la mierda.
Embellecí la tierra.
Me impedí recular buscando culminar
para al final darme cuenta que en verdad
no había logrado nada.



viernes, 25 de diciembre de 2009

El saberse con vida.

Cuando la inconstancia te preocupa, el tiempo te parece insuficiente, el dolor de la entrepierna genera angustia…

Cuando tienes miedo de que todo termine, necesitas poseer, el cigarro te sabe diferente y el frió te hace temblar y por alguna extraña razón recuerdas esa detestable sensación que tienes continuamente en el pecho como si fuese a estallar…

Cuando quieres seguir sin saber a donde vas, quieres regresar pero olvidaste como es allá atrás…

Cuando te sientes viejo y finiquitado.absorbido.consumido.insuficiente.eliminado. incompetente.olvidado.terminado…

Es cuando te das cuenta de algo importante.

Estas vivo.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El fin del mundo.

No tarda en que suceda. Me refiero a que todo explotara. Arderemos sin necesidad del fuego. Nos podemos ir olvidando de todo, ya que nada quedara. Despídete de todos esos placeres benditos/mundanos. Ya no mas de tuarribademi, ni yoarribadeti, no vale la pena intentar las despedidas, no habrá tiempo suficiente, de todos modos, seguramente nos veremos todos en algún otro lado.

Nos arrepentiremos de colocar mas cerca el llamado infierno de nuestro territorio el cual terminaremos viendo como un paraíso. Todo lo sucedido quedara en el recóndito olvido del no hay quien pueda recordarlo.

Es decir, todo valdrá madres, por eso será el fin del mundo.

Y eso, sonara mas o menos así:

domingo, 13 de diciembre de 2009

Miamor

Puta madre, puta madre, puta puta puta madre. Y aquí estoy tirado en el suelo, detrás de un pinche carro ya todo agujerado, pensando en ti viendo esta camisa color mamey que me compraste de cumpleaños llena de pedazos de sesos del pendejo del “pequeñín” que no supo cubrirse bien. Ya valió verga, nunca te volveré a ver, nunca mas veré tus chichis ni tu culito al amanecer. Nunca más comeré huevo con machaca que con tanto amor me preparas. Nunca podré comprarte otra joyita o un vestidito para arrancártelo después. De esta no salgo, bien me lo advertiste, salte ya miamor, tenemos todo miamor, huyamos lejos miamor, no necesitamos de eso miamor, pero como me iba a salir chinga, si el jefe me quiere un chingo, y a ti también miamor, bueno a ti mas bien te quería coger, me acuerdo cuando te vio por primera vez y dijo ese culo si me lo chingo y yo le dije, jefe ese culo me lo estoy chingando yo y me dio una palmada en la espalda y me felicitó, inclusive noté que me envidio, ahí me di cuenta que tu culito y tú eran siempre y solo para mi. Y ahora, me despido de tu culito porque esto ya se fue derechito a la chingada como decía mi abuela. Ellos son más, de hecho, creo que ni a uno nos hemos chingado y ya nada mas quedamos 3 pendejos, mal armados y con un tino del carajo, ni aunque estuvieran juntito los matamos. Fue el pinche sustote que nos metieron, de la nada salieron los cabrones, seguro alguien dio pitazo, alguien nos empino y de lo lindo… ni el pinche Pelos anda fino, ese cabrón tiene un tino bien cabrón y hoy anda bien en la pendeja porque no le da ni al aire chinga. El jefe pensaba que el pinche Pelos era el soplón culero pero si lo viera ahorita aguantando los madrazos por el, se arrepentiría, así como yo me arrepiento de no despertarte en la mañana, tan solo te di un besito en tu adorable culito pero hubiera estado mas chingón si te despertara y así todavía apendejada por estar mas en el sueño que conmigo te dijera en el oído miamor te am(pum).

(pum: dícese de una bala proveniente del arma del Pelos que entro directo en la sien de la gran cabezota de nuestro enamorado narrador quien murió por pensar en el amor en horario laboral.)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El fruto.

Y esta es la historia de un hombre que caminando por calles que le eran totalmente ajenas observo a un viejo con una canasta de frutos tan grande para el pequeño cuerpo del viejo que este tenia que cargarla en la espalda. De dicha gran canasta cayó uno de esos desconocidos frutos al suelo. Aprovechando que el viejo no se percato, el hombre que protagoniza esta historia decidió tomar el fruto del suelo siguiendo su camino a paso apresurado, sonriente, orgulloso de su logro hasta que escucho una voz cansada y carrasposa que con un acento extraño y una dicción pobre le mencionaba: ya pagaras cabrón del disfrutar de lo ajeno sin merito alguno, pagaras la osadía de chingarte un fruto divino, cabrón.

Nuestro protagonista siguió su paso firme sin mirar tan siquiera de reojo hacia atrás como si nada hubiese pasado. Y así continuo con fruto en mano a través de calles ocupadas tan solo por carros destartalados, mierdas de perro y orines de borracho. Se paro de golpe, sin razón aparente, para apreciar al fruto que le resultaba ajeno y tan extraño. Sin titubear un segundo lo acerco a su bocaza para dar una gran y desproporcionada mordida casi logrando degustar la mitad del fruto. Dejo que el placer lo abordara mientras su lengua se regocijaba en una tormenta de sabores que resulta indescriptible, por lo cual no es necesario indagar mas en ello.

Continuo su paso. Termino el fruto. Nunca había estado tan satisfecho. Después de horas de vagar llego a su hogar donde lo esperaban unos ricos huevos con frijoles bañados en salsa verde, los cuales ante el primer bocado terminaron siendo regurgitados inmediatamente.

Y pasaron los días sin que pudiera engullir algo.

Y pasaron los días y murió de hambre.

Eso es lo que pasa cuando pruebas lo divino, cabrón.

Después de eso, ya no hay mas.