jueves, 26 de noviembre de 2009

El viejo y la novedad.

Dos jóvenes caminaban por una avenida de la Ciudad de México cuyo nombre no vale la pena mencionar. Su andar era temeroso y de ritmo extraño, como expectante y torpe a la vez. Un viejo se les acerco diciéndoles quieren ir a un putero. Si dijeron ellos. Siguieron al viejo quien caminaba a ritmo apresurado demostrando una jovialidad que uno ya no encuentra dentro de la juventud contemporánea. Los jóvenes, demostrando constancia y convicción continuaron con su actitud, inclusive acentuandola. Anduvieron largo rato en completo silencio hasta adentrarse por calles cuyo nombre si valdría la pena mencionar pero que realmente no se me antoja citar. Banquetas sórdidas y desconocidas para los pospuberes caminantes quienes trataban de comunicarse con la mirada diálogos como somos unos pendejos, debimos de quedarnos en casa practicando la masturbación en pareja, porque no estoy con mi mami viendo ventaneando o porque no estoy afuera de mi casa jugando fútbol, en que puto momento decidimos caminar por la calle, que clase de pendejos somos aceptando el ofrecimiento de un viejo de barba prominente e imponente que demuestra tanto experiencia como colmillo camino a unas putas y como esas, otras cosas que realmente solo resultaban reiteraciones de lo anteriormente planteado. Y el frío les helaba la cara y sonrojaba la nariz. Sus miradas vacías resaltaban con la hidratación que sus mismos glóbulos generaban. El viejo de barba blanca y longeva, cual de santa claus de la alameda, caminaba sin parar, imponente, demostrando la plenitud física única dentro de aquellos que cogen con grandilocuencia . El laberíntico paseo encontró su fin ante una gran puerta de madera, roída por el tiempo, el olvido del ayer y el ignoro en el presente. La tercia se adentro con variante de ánimos dentro de cada uno de ellos en comparación con la de sus acompañantes hasta que todo eso culmino en una subordinación ante el placer finiquitada cuando los jóvenes se dieron cuenta con carne ajena en mano y placer sufrido que probablemente no todo lo extraño o lo nuevo puede resultar tan jodido como uno al principio puede llegar a pensar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario